Se presenta enrollada a mano en pequeñas bolas irregulares de color marrón oscuro, con ciertos toques verdosos, con muy poca presencia de tallos. Desprenden un aroma bien patente, dulce, a frutas pasas, caramelo y un leve recuerdo floral. La primera infusión nos deja ver hojas de color marrón y algunas verdes, abiertas en un 30%, lo que nos indica que podemos seguir repitiendo el proceso, al menos dos veces más. El aroma que desprende la hoja humectada es muy complejo, desplegando notas principalmente dulces, a frutas pasas, caramelo y vainilla, pero acompañadas de leves recuerdos minerales, a frutos secos y a flores blancas.
Ofrece una taza sensacional, de color dorado, con leves destellos verdosos y con un aroma suave, dulce, floral, a frutas pasas y vainilla y con un refrescante reflejo mentolado. En boca es dulce durante todo el recorrido, sin nada de amargor. Despliega notas afrutadas dulces y florales desde el principio, acompañadas de vainilla y caramelo tostado. Una verdadera maravilla. Es de cuerpo medio y astringencia muy baja. No encontramos ningún atisbo de pungencia y presenta una textura algo lechosa, lo que lo hace ampliamente disfrutable. Finalmente nos regala un posgusto complejo y dulce, que nos recuerda a jarabe de arce y a caramelo tostado.
Si los tés oolong son ya de por sí singulares, éste lo es aún más. Es un té muy fácil de beber, debido a su redondez y la falta de amargor. Si te gustan los tés especiales, no dejes de disfrutar de la compañía de este primoroso Oolong Jade tostado durante una tarde, infusionándolo una y otra vez.
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