TÉ NEGRO ENGLISH AFTERNOON BLEND

La infusión resultante de su preparación es de color cobre a rojizo, limpia y brillante. Desprende un aroma rico y profundo, con matices de malta, vegetales cocidos y amaderado, con un toque de dulzura, que te puede recordar incluso al pan recién horneado.

En sabor apreciamos inicialmente notas dulces, seguidas de un toque ácido y luego algo más amargo, que se traducen en recuerdos a cereal y malta. También percibimos algo de astringencia, lo cual revela su carácter, tan valorado por los ingleses. Aun así, resulta suave y equilibrado, comparado con otros ‘British Legacies’

Su astringencia, como hemos apuntado, es media, al igual que su cuerpo. Carece de notas pungentes y su textura es media.

Un posgusto  de complejidad media, vegetal, dulce y ligeramente especiado, nos acompañará durante un rato, como regalo de una grata experiencia degustativa.

La calidad del agua y la temperatura de infusión son importantes para extraer lo mejor de sus hojas, generalmente recomendando una infusión de unos 2 minutos en agua fina recién hervida, pero que ya se haya calmado, para que la taza no sea demasiado amarga.

Este blend de intenso sabor, cuerpo y larga duración, es perfecto para una merienda de té. Tiene menos cafeína que sus famosos hermanos, como el English Breakfast, pero aun así, ten cuidado si eres sensible a la cafeína.

Su introducción se atribuye a una dama de compañía de la reina Victoria de Inglaterra, a mediados y finales del siglo XIX. Enseguida se hizo muy popular y todos, querían imitar a la corte. Una costumbre que se extendió rápida y progresivamente a otras capas de la sociedad, contribuyendo así a la popularidad de este té.

Tradicionalmente, se sirve con pan de frutas, pastelitos o sándwiches salados de pepino, huevo, jamón o salmón. Su carácter potente hace que maride bien con alimentos contundentes, como carnes rojas y asados de todo tipo, así como salsas, incluida la bearnesa u otras con base de mostaza, lo cual amplía sus posibilidades de disfrute.