Posee unas hojas de color verde claro a blanco, carnosas y gruesas de unos 2 a 4 cm. y llenas de tricomas. El aroma es fresco y delicado, pero potente, a flores de jazmín que parecen recién recolectadas. Al humectarlas las hojas engrosan aún más y cambian a un color verde matizado.
Este maravilloso té blanco nos ofrece un licor de casi transparente, con reflejos amarillos y muy brillante. Es posible apreciar multitud de pequeños vellos o tricomas flotando en la infusión. Esto es completamente normal en los tés blancos de buena calidad. El aroma de la infusión es muy suave y delicado, a flor de jazmín fresca. En boca el ataque es muy suave, sin astringencia, dulce y perfumado. Inmediatamente el posgusto va creciendo y aparecen notas muy claras de jazmín fresco. En definitiva, una infusión suave y perfumada, carente de astringencia y muy compleja.
Como todos los tés blancos de buena calidad, es conveniente que uses agua de muy baja mineralización y a no más de 80ºC. En invierno te recomendamos precalentar la tetera. Este excepcional té es reinfusionable, por lo que puedes disfrutarlo durante un buen rato. Su bajo contenido en teína y su alto contenido en teanina lo hace especialmente indicado para momentos en los que necesites concentración y tranquilidad.
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