TÉ VERDE TAMARYOKUCHA BIO

El color de la infusión resultante es de un verde pálido. Desprende una fragancia marcada y con claras notas vegetales, como a raíz fresca que recuerdan al regaliz.

En la degustación propiamente dicha se presenta inicialmente dulce y amargo en similares proporciones, acompañado de un deje umami. Esta mezcla de sabores le proporciona una gran complejidad, que viene enriquecida por los aromas vegetales a espinacas, afrutados cítricos (lima), tostados a nueces e incluso balsámicos que le acompañan. El final es dulcemente afrutado, pero con un amargor creciente sin llegar a ser invasivo.

En cuanto a las sensaciones táctiles, diremos que no aparece pungencia detectable, si bien la astringencia es patente y el cuerpo también. Su textura lechosa completa la batería se sensaciones que nuestro nervio trigémino es capaz de detectar en este té.

El sabor residual, o posgusto resultante es largo, intenso, dulce y refrescante, con cierto acerbo.

Sigue las recomendaciones generales para los tés verdes: agua sin cloro y de muy baja mineralización a no más de 80ºC durante unos 2 minutos de infusión. A partir de ahí puedes personalizar la infusión en función de tus gustos personales. Atrévete a jugar con los tiempos y temperaturas para obtener la infusión que más se adapta a tus requerimientos.

No podemos irnos si recomendarte vivamente que prepares este té como refresco para el verano. Sus notas cítricas y balsámicas son ideales para ser disfrutadas bien heladas durante los tórridos días de calor veraniego.

Siempre nos movemos en busca de lo diferente y sorprendente. Nos gusta el contraste, está claro. Es por esta razón por la que nos fijamos en este té, que se sale de los cánones clásicos del té verde japonés. Esta especialidad presenta características que nos recuerdan a algunos tés chinos de calidad superior y también a los tés verde coreanos de la isla de Jeju, con sus notas minerales y su potencia contenida.

Como te decimos, este té se aleja de la sutileza de los Senchas, las notas tostadas de los Kukichas u Hojichas y el umami de los Gyokuros. Y lo hace en busca de su propia identidad. Es un té que en si mismo reúne características de otros de alta calidad pero las presenta de una forma totalmente diferente. Sin duda, un té que tarde o temprano todos los fans del té verde tendrían que probar.

Marida a la perfección con pescado al vapor o ahumado. Anímate a probarlo también con vegetales cocidos ricos en oxalatos, como las espinacas o acelgas.