Aunque desde el punto de vista occidental nos pueda parecer extraño, el simple hecho de tomar el té puede abarcar gran parte de la sabiduría budista, idea que en la sociedad oriental ya está más que generalizada. En este pequeño libro, Chauvat es capaz de transmitir este pensamiento de una manera tan sencilla y natural que, cuando el lector ha terminado de leer la obra, ha conseguido interiorizar los conceptos de sabiduría y belleza que están asociados al té.
Los maestros del té utilizaron una serie de proverbios para enseñar a sus discípulos a encontrar el camino hacia la sabiduría. En la obra, el autor expone treinta de ellos, en los cuales podremos hallar algunas respuestas a problemas o, por lo menos, nos ayudarán en nuestras reflexiones. La filosofía budista no envejece y el autor nos demuestra que podemos seguir admirándola en la sociedad moderna, pues sus enseñanzas todavía nos pueden animar a meditar preocupaciones actuales.
El respeto a la naturaleza de todas las cosas, la abstracción como capacidad indispensable para conocernos a nosotros mismos, premiar la acción frente al ego o la importancia de sentir verdadera pasión por lo que hacemos son premisas que nos cambiarán la vida y que Nicolas Chauvat quiere mostrarnos a través de los principios de la ceremonia del té y el pensamiento budista.
Las partes más delicadas de la obra aparecen al final de cada proverbio y son pequeños poemas que relacionan las enseñanzas Zen con el té. Suelen estar compuestos por dos o tres versos, cargados de sentimiento y belleza, pensamientos sublimes que nos harán valorar cada instante que disfrutemos tomando nuestro té, pues no solo nos deleitaremos con un momento para la degustación, sino que podremos admirar un pensamiento milenario.