Los tés amarillos no están oxidados y obtienen su nombre del color de la infusión resultante. Las hojas de té son de color amarillo como resultado del proceso de fermentación controlada en dos fases al que son sometidos.¿Quieres saber más sobre esta rareza? sigue leyendo
Debido a este raro color para un té, la gente subconscientemente tiene la impresión de que las hojas se han estropeado. Por ello, solo una pequeña cantidad de personas muestra interés en tomar el té amarillo. A muchos de quienes lo prueban les gusta de verdad, como por ejemplo una princesa china de la Dinastía Tang: cuando se casó con un miembro de la familia real tibetana, ella pidió específicamente que se trajera té amarillo para ella al Tibet.
Los tés amarillos son extremadamente raros, por lo que no es fácil encontrarlos en tiendas y es poco probable que tengas la oportunidad de probarlos. Mao Chien, Huan Ta Ch’a, y Chün Shan Yin Chin son tés amarillos. Chün Shan Yin Chin está considerado el mejor y el más valioso de entre todos los de este grupo .
Cuando son infusionados, los tés amarillos dan al agua un color de amarillo claro a naranja. Tienen una fragancia pura y fresca y dejan una sensación de limpieza y frescor en la boca. A diferencia de los tés blancos, los tés amarillos tienen un sabor muy definido, singular y específico. Una característica especial de los tés amarillos es que su sabor no cambia en astringencia cuando se enfrían. Dejan un sabor dulce-amargo en la lengua, especialmente en la punta. Es posible también detectar una ligera acidez en el aroma (que no es parecido a limón, naranja o otras frutas ácidas, sino más bien una acidez herbal, recordando a dátiles agrios). Esto es debido al proceso de fermentación que los caracteriza.
El té amarillo mas famoso es el Chün Shan Yin Chin, el cual era muy popular en la dinastía Tang, pero raramente consumido en la actualidad. Una de las razones de su fama es que cuando se prepara la infusión, las hojas permanecen verticales. Algunas permanecen en la superficie atrapando burbujas de aire, mientras otras permanecen en el fondo de la taza. Según la superstición tradicional, las hojas que permanecen verticales simbolizan la buena suerte.
De acuerdo a la leyenda, durante la Dinastía Tang, un sirviente estaba preparando té para su señor. Estaba vertiendo agua caliente en una taza que contenía hojas de té, cuando de repente, salió un chorro de vapor caliente y una grulla blanca se apareció al Rey, le miró, inclinó la cabeza tres veces, y luego remontó el vuelo. Atónito, el rey miró de nuevo a la taza de té y vio que todas las hojas de té permanecían verticales, y se hundieron , permaneciendo de la misma forma. Preguntó al sirviente qué había ocurrido y éste le dijo que el agua provenía del lago de la grulla blanca de Chün Shan, y las hojas de té se llamaron desde entonces Plumas Amarillas. Explicó que las reverencias de la Grulla y su vuelo significaban que el Rey sería próspero y destacaría sobre otros.
Las hojas suspendidas simbolizaban un saludo respetuoso al Rey y cuando caían al fondo significaban su sumisión. Naturalmente, el Rey estaba muy contento de escuchar esto. Y por ello renombró al te “Chün Shan Yin” y lo bebía con frecuencia. Chün Shan era el sitio de donde provenía el agua y Yin Chin significa puntas de plata. Esto describe como las hojas permanecen flotando verticales como agujas. La historia del té chün Shan Yin Chin también demuestra la importancia de usar el agua adecuada para hacer té: En este caso el té debía prepararse con el agua proveniente del lago de la Grulla Blanca.