Un país tan extenso no puede dejar de albergar una diversidad casi inimaginable de etnias, culturas, lenguajes… y tés. Recientemente viajamos a este magnífico país en busca de los orígenes del té. Con este artículo, comienza una serie con la que trataremos de llevarte con nosotros para que tu también vivas con detalle nuestra aventura.
El objetivo del viaje era profundizar en el conocimiento del té chino y su cultura. Para ello elegimos Sichuan y Yunnan, ya que son dos de las provincias más relevantes en este tema. El viaje ha dado mucho de sí, y hemos podido visitar plantaciones, factorías, museos y mercados de té y muchas, muchas tiendas y salones de té. El resultado ha sido bastante más gratificante de lo que esperábamos. China engancha y no sabéis de qué manera!
PREPARATIVOS
Un viaje de estas características requiere de una preparación previa que ha de acometerse con mucho tiempo de antelación. No solo por el simple hecho de que hay que preparar visado, sino también porque localizar los centros de interés que queremos visitar y conocer resulta muy complicado para un occidental, y especialmente si no sabe chino. Es cierto que en las grandes ciudades es relativamente fácil moverse si sabes algo de inglés, pero cuando te sumerges en la China rural, todo se complica bastante: por lo general el inglés no se habla ni entiende, además hay muchos idiomas y dialectos locales, desconocidos incluso para los chinos que viajan allí desde otras zonas del país. Cada etnia tiene costumbres y tradiciones propias, muchas de las cuales no entendemos y esto hace que la comunicación no sea nada fácil.
En mi caso concreto, llevo cierto tiempo leyendo todo lo que cae en mis manos sobre China y especialmente sobre las zonas productoras de té. Muchos de los textos que me llegan están escritos en inglés, lo que implica el tener que traducirlos. De hecho, en mi primer viaje al país, hace tres años, compré todos los libros que pude que versaban sobre el té (en inglés) y me dediqué a traducirlos en mis ratos libres.
Internet ha sido también una fuente de información muy importante, si bien tengo que decir que se corre el riesgo de confundirse con informaciones imprecisas y no contrastadas que pululan libremente por la red, fruto de opiniones más que de datos objetivos. Hay que tener mucho cuidado, sobre todo si las decisiones que tomas sentado delante de tu ordenador van a condicionar una visita a un lugar perdido en la China profunda, a 12.000 km de distancia, como nos pasó a nosotros, y que os contaré más adelante.
A modo ejemplo, es muy difícil encontrar en internet planos de situación de cierta calidad y que tengan un mínimo de detalle de zonas rurales alejadas de las grandes ciudades, que eran precisamente las que nos interesaba visitar, lo que ha motivado que vayamos un poco a ciegas, sin saber qué tipo de carreteras, poblaciones, hoteles y demás recursos podríamos encontrarnos. Carecer de esta información básica impide tomar decisiones simples como dónde dormir o cuanto tiempo poder destinar a una zona u otra, o saber exactamente si puedes o no visitar, por ejemplo, un campo de té o una producción local.
Otro aspecto es la gestión de los vuelos internos en el país, que es recomendable hacer a través de páginas locales, la mayoría en chino. Y cuando el transporte ha de hacerse en otros medios, como autobús o coche de alquiler, la cosa se complica aún más, por lo que ir por tu cuenta a China en un viaje de estas características, si no cuentas con el apoyo de alguien del país, acaba siendo una verdadera aventura.
Afortunadamente para nosotros, lo positivo ha sido mucho más que lo negativo, lo que ha contribuido a que haya sido un viaje inolvidable.