Todos tenemos en casa una cafetera de este tipo. Es sin duda alguna la más extendida. Tanto es así que se ha integrado el uso de este elemento en el día a día de muchas familias, lo que por otro lado ha acabado siendo un poco aburrido y monótono. Tranquilos los puristas del café, porque con el presente artículo vamos a revitalizar el uso de este maravilloso invento del siglo XX.
La cafetera Italiana, Moka o macchinetta (en español “máquina pequeña”), elabora el café por medio de vapor de agua. El invento fue patentado por el inventor Luigi De Ponti en nombre de Alfonso Bialetti en 1933, cuya compañía, Bialetti continúa produciendo el mismo modelo, denominado “Moka Express”. Como anécdota, las cenizas de Renatto Bialetti, hijo del famoso inventor, reposan desde febrero de 2016 en una ‘machinetta’ gigante.Funeral de Renato Bialetti. No, no estás desvariando, !!Sus cenizas descansan dentro de una cafetera!!
El diseño original era de aluminio con asa de baquelita, pero son más recomendables las de acero inoxidable, debido a que hay evidencias de que el aluminio no es totalmente inerte y podría ser causa de algunas enfermedades neurológicas, según algunos estudios.
FUNCIONAMIENTO DE LA CAFETERA ITALIANA
La cafetera consta de varios elementos: cuerpo inferior o depósito de agua, canasta de café molido, junta de goma o silicona, filtro de granza y cuerpo superior, o depósito de café preparado. Funciona por la presión que ejerce el vapor que se genera dentro del depósito de agua por acción de la fuente de calor. Éste empuja el agua hacia arriba, que traspasa la columna de café, infusionandolo. Finalmente, la infusión de café se deposita en el compartimento superior.
Despiece de la cafetera italiana
La presión generada dentro del depósito es de unos 2 bares, frente a las máquinas espresso, que tienen una presión superior a los 9 bares, aunque el principio es muy parecido.
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 3-5 minutos.
PREPARACIÓN DEL CAFÉ CON LA CAFETERA ITALIANA
En primer lugar, es imprescindible contar con un café de buena calidad (ver más abajo, en el apartado ‘cafés recomendados’). El punto de molido es también especialmente importante, siendo el ideal para esta cafetera un molido intermedio: Si es demasiado grueso, el café nos saldrá muy aguado y por contra, si se encuentra muy molido, el agua pasará con dificultad, el café se quemará por sobreexposición y además arrastrará cierta cantidad de residuo sólido a nuestra taza.
Una vez que hemos molido el café (recomendamos hacerlo en el momento de la preparación, si es posible) vamos llenando la cestita de café molido sin ejercer presión pero distribuyéndolo uniformemente hasta llenarlo.
Es muy importante incidir en este último aspecto: si presionamos la pastilla de café, el agua pasará con más dificultad y quemará el café, arruinando los aromas afrutados, florales a frutos secos, etc, restando complejidad a la infusión y por tanto, ofreciendonos una taza más amarga, amaderada y plana.
Finalmente, enrasamos el depósito de café con una paleta o cuchillo, dejando el café molido totalmente a ras.
Enrasando el café en la cesta
Así debe quedar el café: enrasado y sin presión
Es importante que usemos una cafetera a la medida del número de tazas que vamos a consumir y por el contrario, no usar una cafetera más grande de lo necesario, sin llenar la cesta de café molido, puesto que si lo hacemos así, no obtendremos un buen café.
Seguidamente, llenamos el depósito inferior hasta el nivel de la válvula de seguridad, con agua de baja mineralización previamente calentada, al objeto de que el punto de ebullición llegue lo antes posible y el café esté expuesto el menor tiempo posible al calor ( hay que tener en cuenta que muchos de los casi mil compuestos aromáticos del café son muy volátiles, y son muy sensibles al calor).
El nivel del agua hasta la válvula de seguridad
El siguiente paso es cerrar bien la cafetera y ponerla en una fuente de calor. Recomendamos hacerlo a fuego lento y estar pendientes en todo momento del proceso, para lo que dejaremos la tapa abierta. Cuando observemos que empieza a salir el café por el caño del depósito superior, reducimos aún más la intensidad del calor, para la infusión se haga lentamente.
Al principio, el café sale denso
Una vez que advertimos que el café sale más líquido, más rápidamente y con algo más de espuma, es el momento de retirar la cafetera del fuego, ya que es hasta entonces cuando le hemos extraido al café sus aromas más interesantes y apreciados: a partir de ahí, la infusión que sale por el caño es mucho más plana y pajiza, con notas poco interesantes para nuestra taza, por lo que es recomendable desecharla.
Este es el momento de retirar la cafetera del fuego
En este punto conviene enfriar el depósito de agua, al objeto de detener la infusión. Podemos hacerlo con un chorro de agua fría bajo el grifo, teniendo cuidado de que solo se enfríe la parte de abajo de la cafetera. Hay que advertir que se nos quedará cierta cantidad de agua en el depósito inferior. Esto no es indicativo de que el proceso no se ha completado. Es perfectamente normal y deseable que esto sea así.
Finalmente debemos mover un poco la infusión que hay dentro del depósito y servirla inmediatamente. El café obtenido es muy concentrado, con mucho cuerpo e intensidad aromática y gustativa y se puede consumir directamente si somos amantes del café fuerte, o por el contrario, diluirlo en agua caliente hasta que lleguemos a obtener el punto de concentración deseado.
CAFÉS RECOMENDADOS PARA LA CAFETERA ITALIANA
Un blend arábica va muy bien para esta cafetera, las mezclas con una base de Brasil, e incluso las especialmente creadas para las cafeteras espreso como ésta.
Esperamos que a partir de ahora, cada vez que uses tu vieja cafetera italiana disfrutes de una gran experiencia cafetera.