CÓMO APROVECHAR AL MÁXIMO LAS PROPIEDADES SALUDABLES DEL TÉ
febrero 7, 2018

Muchas personas se interesan por tomar té debido a las virtudes saludables que se le atribuyen. Está ampliamente aceptado, incluso por la comunidad científica en general, que el té posee interesantes propiedades antioxidantes, depurativas y digestivas, entre muchas otras.

La forma más extendida y fácil de obtener los compuestos activos del té es mediante el método de infusión, por el cual se vierten las hojas en agua caliente y se espera un determinado tiempo a que se hayan liberado las sustancias solubles que estas atesoran. Posteriormente, se bebe el licor resultante introduciendo así esos componentes en el cuerpo.

La temperatura, el tipo de agua, el tiempo de infusión, todos son factores que influyen en la calidad de la extracción, por lo que cabría preguntarse: ¿cuál es la combinación de estos más eficaz?, ¿qué método nos asegura la mayor concentración de compuestos y nutrientes en nuestra bebida?

Se han hecho estudios científicos sobre diferentes sistemas de extracción, entre los que destacan el que llevó a cabo el Dr. Quan Vuong, de la Universidad de Newcastle en el año 2012. Como conclusión de sus investigaciones, publicó un artículo que mostraba una mejora en la extracción de compuestos químicos de las hojas de té, si éste se calentaba en el microondas. Parece cierto que hacer una decocción de las hojas de té en este aparato es el método más ‘eficiente’ para extraer sus componentes químicos pero, ¿lo es también desde el punto de vista del sabor? Definitivamente no. Un té preparado de esta manera resultará tan amargo que será difícil de beber. Y es que precisamente el sabor amargo del té viene dado en gran parte por las sustancias a las que se les atribuyen sus beneficiosas propiedades, esto es, a los polifenoles.

El denominado ‘método occidental’, consistente en infundir una pequeña cantidad de hojas de té con agua caliente en un recipiente, ya sea una tetera o similar, durante un tiempo de entre 2 a 5 minutos, tampoco es el mejor si queremos extraer todas sus propiedades.

Sin embargo, el ‘método oriental’, consistente en hacer múltiples infusiones, es decir, volver a verter agua caliente sobre las mismas hojas ya utilizadas previamente, hará que obtengamos todas las sustancias solubles que contengan. Al remojar varias veces las hojas en pequeños espacios de tiempo, conseguiremos obtener en cada una de las infusiones, una pequeña parte de los compuestos que desprenden, en una concentración lo suficientemente adecuada para que no nos resulten amargos. Para ello, podemos utilizar un filtro o similar que encierre las hojas y que podamos sumergir en agua caliente una y otra vez, aunque el sistema más simple y eficiente es el uso del gaiwan.

EL GAIWAN

Éste es un elemento muy utilizado en China, de donde es originario. Generalmente es de porcelana, cristal o cerámica y está compuesto de tres piezas: un platillo, una tapa y un cuerpo o taza. Dentro de esta depositamos una buena cantidad de hojas de té enteras de calidad (dependiendo del tipo de hoja éstas pueden ocupar desde una quinta parte hasta llenar totalmente el gaiwan), vertemos agua caliente y tapamos. Tras un tiempo de reposo, de unos pocos segundos a uno o dos minutos, vertemos el licor resultante en un cuenco. Las hojas ya humectadas pueden ser remojadas de nuevo en el mismo recipiente para preparar otra infusión y así sucesivamente, hasta que las hojas se abran completamente o dejen de tener un sabor satisfactorio.

Para obtener los mejores resultados puede ir aumentándose paulatinamente el tiempo de infusión o la temperatura del agua.

Con éste método conseguimos extraer en sucesivas veces todas las sustancias que nos interesan, por lo que al final habremos obtenido más cantidad de compuestos saludables que con cualquier otro método de infusión.