EL TÉ MORUNO, ESENCIA Y SABOR
enero 14, 2016

¿Sabías que, aunque es considerada la bebida tradicional de Marruecos, el té a la menta es un invento relativamente reciente atribuible a los ingleses?. Efectivamente, la pérdida del comercio del té con las colonias americanas como consecuencia de la Guerra de la Independencia a finales del S. XVIII, forzó a la búsqueda de nuevos mercados en sus zonas de influencia, entre ellos el Norte de áfrica. El consumo de infusiones de menta era entonces habitual en los países del Magreb y parece ser que la combinación de ambas plantas se debe a un evidente interés de los comerciantes ingleses por dar salida a su producto.

También te sorprenderá saber que el té verde Gunpowder, el más utilizado para preparar el té moruno, no se cultiva en Marruecos sino en las montañas cercanas a Shanghai y en la provincia china de Zhejiang. En realidad, en Marruecos no se cultiva té, al menos en cantidades comerciales.

Por tanto, es una tradición que cuenta con menos de dos siglos, bastante poco tiempo, si la comparamos con los casi cinco mil años de cultura china del té.

 

COMPOSICIÓN E INGREDIENTES

El té verde Gunpowder es el que comúnmente se utiliza para el té marroquí, debido a que combina a la perfección con el resto de ingredientes de la infusión. Sus hojas son de color verde oscuro, brillantes, redondeadas y muy pesadas, y poseen un aroma y sabor intensos, con notas vegetales y tostadas y que permite varias infusiones.

La menta nana, un tipo de hierbabuena autóctona del norte de África, es la más utilizada, por su exquisito y penetrante aroma, si bien dependiendo de la zona pueden encontrarse otras infusiones elaboradas con diferentes tipos de hierbabuena, e incluso con menta piperita. También es frecuente encontrarla combinada con hojas de hierbaluisa, aportando su fragancia y sabor agradablemente cítricos. Menos conocido pero también utilizado es el ajenjo, planta medicinal de la cual se produce la famosa absenta.

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El azúcar que se suele utilizar es el blanco refinado, generalmente de remolacha, si bien tradicionalmente y sobre todo en las regiones del sur se utiliza el ‘azúcar de pilón’, que no es más que azúcar blanco refinado prensado en unas piedras cilíndricas de más o menos dos kilos.

Todos estos ingredientes son de sabor y aroma intensos, al objeto de conseguir una infusión equilibrada, en la que no queden desmerecidos ninguno de ellos: por ejemplo, si se usara un té más suave y delicado, su sabor se perdería entre las notas balsámicas de la menta.

Finalmente, siempre insistimos en la importancia de la elección de un buen agua, aunque en esta ocasión la potencia de los ingredientes nos permite ser menos exigentes. Eso sí, evitemos las aguas cloradas y saladas, o con sabores desagradables.

 

LA TETERA

Otra sorpresa, la famosa tetera moruna no es un invento magrebí, sino una vez más una introducción foránea, desarrollada en la India, pero con una previa influencia inglesa. Las más lujosas son de plata y las mas comunes de acero o latón. Una advertencia: son muy frecuentes teteras que están fabricadas con aleaciones metálicas que llevan estaño y plomo, y no deben ser destinadas más que a uso decorativo, debido al riesgo para la salud que supone la presencia de estos metales pesados en contacto con los alimentos.

PREPARACIÓN DEL TÉ MORUNO

Dentro de la tetera se introduce una buena cantidad de hierbabuena lo más fresca posible, hasta llenarla. Seguidamente, se pone una cucharadita rasa de hojas de té Gunpowder de buena calidad por cada vaso. Luego añadimos tantas cucharadas de azúcar como vasitos vayamos a preparar. Finalmente vertemos el agua caliente, a no más de 80 grados. Dejamos reposar de 3 a 5 minutos. Servimos en nuestro vaso de anfitrión desde bastante altura, al objeto de que se oxigene la mezcla y haga un poco de espuma en la superficie del vaso, y volvemos a verter el contenido en la tetera. Repetimos el proceso ( tres veces, si usamos azúcar de pilón o en terrones) para que todos los ingredientes se mezclen bien y seguidamente podemos servir a todos los invitados.

Una peculiaridad es que la propia hierbabuena hace de filtro, evitando así la necesidad de utilizar cualquier otro sistema. Por eso es importante que se respete el orden en que se introducen los ingredientes en la tetera, descrito arriba .

Es frecuente que también se le añadan unas gotas de agua de azahar a cada vaso dando así un toque muy aromático, más complejo y exótico a la infusión, reforzando así sus propiedades tranquilizantes.

También se pueden usar unos vasos más grandes y poner la hierbabuena en cada uno de ellos. De esta forma se intensifica aún más el aroma.

TÉ TUNECINO

Una deliciosa variante también muy popular es el té Tunecino, que consiste sencillamente en añadir un buen puñado de piñones a cada uno de los vasos de té en el momento de servirlos. Si los piñones son frescos y de buena calidad, la combinación resulta deliciosa y muy nutritiva.

¿AGUA CALIENTE O AGUA HIRVIENDO?

Probablemente habrás oído que el auténtico té moruno se hace con agua hirviendo, y es cierto que en Marruecos en algunas partes se hace así. Esto es debido a la falta de garantías sanitarias del agua y la hierbabuena, que en algunos casos pueden estar contaminadas por algunos tipos de microorganismos patógenos. En realidad, si cuentas con agua de buena calidad esto es contraproducente ya que el té verde, si se infusiona por encima de 80 ºC pierde parte de sus interesantes propiedades y además la infusión resultará más amarga. Por otro lado, los aromas que contienen las hojas de hierbabuena son muy volátiles y usando un agua a tan alta temperatura abandonarán irremediablemente nuestra infusión: es cierto que el aroma estará en el ambiente, pero se habrá ido de la taza, haciendo que la degustación sea menos gratificante.

El té verde a la menta suele gustar a mucha gente, en realidad porque es una infusión dulce y con mucho sabor. Si está bien preparado, combina sabores vegetales intensos, con las notas balsámicas aportadas por la hierbabuena, las amargas y tostadas por el té verde y el dulzor del azúcar: una combinación compleja y equilibrada ciertamente muy atractiva.

MARIDAJE

El té moruno está muy arraigado en la cultura de todo el norte de África y se toma en todo momento, desde por la mañana hasta por la noche, solo pero también en los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas. Armoniza especialmente bien con la pastelería marroquí, en la que aparecen recurrentemente ingredientes que ya están en la infusión, como son el azúcar, el agua de azahar, etc.), pero también es común un maridaje por contraste igualmente atractivo y satisfactorio con todo tipo de platos salados, que van desde las carnes, como el cordero, hasta las ensaladas especiadas, pasando por los tajines de pescado y vegetales. En definitiva, el té marroquí está perfectamente integrado en la gastronomía del país, debido sobre todo a que ambos tienen una alta intensidad de sabor. Sabiendo esto, si queremos maridar el té moruno con otros platos fuera de la gastronomía árabe, deberemos procurar hacerlo con platos contundentes, muy sabrosos. De esta forma tendremos más posibilidades de acertar.

PROPIEDADES DEL TÉ MORUNO

En cuanto a la salud, el té a la menta es refrescante y reconfortante a la vez. La hierbabuena es digestiva y relajante, el té nos anima y nos estimula gracias a su contenido moderado en cafeína, y el azúcar nos da energía. Por tanto, es un buen adaptógeno para todas las condiciones climatológicas durante todas las estaciones del año. Tan solo le vemos un inconveniente y es la gran cantidad de azúcar que se suele usar para su preparación, que puede dejar mella entre sus más asiduos consumidores. No en vano, Marruecos tiene unos índices muy altos de diabetes tipo 2, y esto es debido precisamente al gran consumo de azúcar añadido al té. Se puede sustituir el azúcar con edulcorantes, pero hemos de saber que el sabor y el cuerpo ya no serán iguales.

 

Por último diremos que tomar el “Whisky Marocain” es un acto social en toda regla en el país y es de buena educación ofrecerlo a conocidos y foráneos, y de muy mala educación rechazarlo. Suele estar acompañado de una conversación, a la que se pueden unir de forma espontánea otras personas desconocidas y puede durar varias horas si el ambiente y el tiempo lo permiten. No sería la primera vez que al calor de un buen té moruno se han forjado largas y duraderas amistades.