En nuestro viaje de té a China, volamos a Chengdu, la capital de Sichuan. Teníamos referencias de que era un destino imprescindible para los amantes del té, y la verdad es que no nos decepcionó en absoluto.
Decidimos alojarnos en el El Buddha Zen Hotel que se encuentra en el distrito Qingyang, cerca del monasterio Wenshu. Fue una magnífica elección que te recomendamos si decides conocer esta excitante ciudad, ya que está muy cerca de muchos de los sitios interesantes, a los que puedes acercarte a pie.
Chengdu es conocida entre los aficionados al té por sus antiguos salones de té, donde jóvenes y mayores se reúnen para charlar, escuchar música, etc. Estas casas de té suelen estar emplazadas en bellos parques y jardines distribuidos por toda la ciudad. Algunas son muy antiguas. En ellas se respira el verdadero ambiente popular chino. No es difícil ver las mesas llenas de cáscaras de pipas, muy consumidas junto a sus tés preferidos. La combinación del consumo de grandes cantidades de té, con su alta carga de antioxidantes y su capacidad depurativa del organismo, en conjunción con los minerales, vitaminas y proteínas de alta calidad de los frutos secos son sin duda parte de la clave en la buena salud general de la que disfrutan los chinos. Sorprende ver como, en contra de lo que se podría pensar, esta costumbre sigue estando muy arraigada en los habitantes de Chengdu.
De entre las muchas opciones existentes, nos decidimos primero por visitar la Casa de té de Heming, en el Jardín Shaocheng. Debido a que eran las primeras horas de la mañana, no tuvimos problema en encontrar una mesa disponible. Sin duda, si hubiéramos ido más tarde, la terraza estaría mucho más animada.
Tras estudiar una modesta carta de opciones, me decidí por un té amarillo de la montaña Meng Ding, elaborado solo con brotes, completamente procesado a mano. Tianyi decidió tomar un té verde de Brotes de Bambú, así llamado, no por que esté elaborado a partir de esta planta, sino por la forma de las hojas que recuerdan a ella. Elegí bien, ya que era realmente sorprendente la complejidad y dulzor de mi té, con notas vegetales tostadas, pero agradablemente adornadas con toques afrutados y un posgusto muy largo, solo apreciable en los tés de muy buena calidad. Pude disfrutar de un incontable número de infusiones, pero muchas se quedaron sin extraer de las tiernas hojas, puesto que teníamos que continuar con nuestra visita a la ciudad.
Una de las ventajas de visitar este tipo de lugares es la posibilidad de disfrutar de tés de una gran calidad, que en occidente son difíciles de encontrar a un precio muy asequible, tal y como puede comprobarse en la foto
La experiencia fue muy placentera, no solo por la calidad del té, sino por el ambiente tan auténtico en el que nos habíamos sumergido. De hecho, al igual que nos pasó durante la mayoría del viaje, yo era el único occidental que había en el lugar.
Construido por la familia Gong, originaria del condado de Dayi en los años 20 del siglo pasado, fue la más afamada de las seis principales casas de té en el parque del Shaocheng durante el período republicano y el sitio donde tenía lugar la competición de té más importante, paso imprescindible para quienes deseaban formarse como maestros de té. Ahora es la casa de té con más historia y la de mayor influencia entre todas las que existen en Chengdu. En el período de la Guerra Antijaponesa, muchas celebridades culturales como Chen Yinke, uno de los historiadores más reconocidos de China, debatieron largamente con sus amigos tomando el té en este legendario lugar, algo comparable a lo que ocurría en el madrileño Café de Gijón con nuestros literatos y pensadores más sobresalientes.
Durante los siguientes días, continuamos alternando la visita a la interesante ciudad de Chengdu con merecidos descansos en otros muchos salones de té estratégicamente situados, entre los que destacaría La casa de té del monasterio budista Wenshu, donde pudimos disfrutar de una estupenda comida vegetariana tradicional y posteriormente, relajarnos tomándonos un té Golden Monkey sublime, en el apacible salón de té que sen encuentra enclavado en sus inmediaciones.
En definitiva, Chengdu es una ciudad muy recomendable para los amantes del té y de la cultura china. Si piensas viajar a este país, plantéate seriamente visitar esta ciudad.