Como resultado de su infusión obtendremos un licor denso, de color marrón rojizo oscuro, que desprende un agradable aroma dulce, muy sugerente, pero que al mismo tiempo integra las características notas terrosas de los Pu-erh. En boca apreciamos primeramente un ataque dulce, totalmente carente de amargor y astringencia. La sensación dulce crece y llena toda la boca, permaneciendo con un posgusto marcado por largo tiempo. Presenta un cuerpo marcado, casi denso, que contribuye a una degustación muy placentera. Es un té contundente pero suave a la vez, muy apropiado tanto para el desayuno como para la tarde.
Tan solo dos minutos de infusión son suficientes para sacar todo lo mejor de este té rojo. Puedes usar agua de muy baja mineralización recién hervida. Si quieres aprovechar todas sus magníficas propiedades, consúmelo recién preparado, sin leche, ya que ésta interfiere en la absorción de los elementos beneficiosos que contiene.
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