A estas alturas ya tenemos bastante asumido que todas y cada una de nuestras acciones tiene un impacto en el planeta. Y nuestro consumo de café no lo es menos. La buena noticia es que como consumidores hay mucho que podemos hacer para mejorar nuestro huella cafetera. ¿Quieres saber cómo?, pues sigue leyendo:
Ciertamente ha quedado muy claro como especialmente nuestros hábitos de consumo tienen un gran peso en el deterioro del medio ambiente.
El consumo de café no queda fuera de esto, entre otras cosas porque es un hábito muy extendido, ya sea por el gran número de personas que lo consumimos, como que es una acción que se mantiene en el tiempo, llegando a ser un acto diario y que se repite durante toda la vida.
Así, es fácil de entender que el efecto acumulado de nuestro consumo de café tiene un enorme peso en el medio ambiente.
No podemos controlar todo el proceso de la cadena de suministro del café, pero si podemos influir bastante como consumidores cuando salimos a tomar café a una cafetería o elegimos el café que vamos a tomar en casa. Igualmente, la forma en la que preparamos nuestro café también influye en como de bien o mal le sienta nuestro café al planeta.
En este tema sigue perfectamente vigente aplicar la estrategia de las tres R: Reducir, Reutilizar y Reciclar
REDUCIR
Es el primer paso para minimizar nuestro impacto cafetero en el medio ambiente y, sin duda, en el que tenemos más margen de actuación.
REDUCIR EL CONSUMO DE ENERGÍA.
Para ello, podemos elegir métodos de preparación como la cafetera francesa, el café de puchero, una Aeropress o cualquier sistema de filtro. Siempre calentar el agua en un cazo o en un hervidor tendrá mucho menor coste energético que preparar tu café en una cafetera de cápsulas o una superautomática.
Incluso puedes optar por el cold brew, o método de preparación del café en frío que nos deja un café delicioso. Puede que te sorprendan los sabores dulces y bajos en acidez que se pueden obtener con este método.
REDUCIR EL CONSUMO
¿De verdad que necesitas tomar seis tazas de café al día? Quizás algunos de nosotros podemos cambiar algo en nuestros hábitos de consumo de café y primar más la calidad que la cantidad. Aprender a saborear de forma consciente la taza de café arábica de especialidad que tenemos entre las manos, informarnos de su origen, su procesado y su perfil aromático puede marcar la diferencia y llevar nuestra experiencia cafetera a otro nivel que nos haga disfrutar mucho más de la experiencia.
REDUCIR LA CANTIDAD DE ENVASES
Este es un aspecto muy importante y en el que podemos ejercer bastante control. El café que compramos en el supermercado o la tienda de nuestro barrio viene en unos envases que suelen ser de material plástico y que, en el mejor de los casos, una vez utilizados tiramos en el contenedor amarillo. La mala noticia es que son de difícil y costoso reciclado y en muchos casos no llegan a reciclarse, acabando en los vertederos o como combustible contaminante en las incineradoras.
La mejor forma de evitar esto es reutilizar nuestros envases una y otra vez. Cada vez hay más tiendas que venden a granel los granos de café, y que están dispuestas a rellenar tu envase o tu contenedor propio, reduciendo así de manera muy importante, la necesidad de utilizar envases de un solo uso.
Nosotros, en Golden Tips animamos a nuestros clientes a hacerlo, porque somos conscientes de los beneficios que esta práctica conlleva.
REDUCIR LA CANTIDAD DE VASOS
Un informe del Comité de Auditoría Ambiental del Gobierno de Reino Unido (EAC, por sus siglas en inglés), estima que tan solo en 2017, el consumo de vasos desechables de café fue de 2,5 millones de unidades en ese país. Estos datos son extrapolables a cualquier país occidental. Y lo peor es que la tendencia en los últimos años ha ido sin duda en aumento.
Si sueles tomar café en cafeterías también tienes mucho en tu mano para reducir el consumo de vasos. Es cierto que ha habido una importante transición del uso de vasos de plástico a vasos de papel, si bien la mayoría de éstos todavía tienen una capa interior de material plástico para que sean impermeables y evitar perdidas de nuestro preciado líquido. Esto los hace difícilmente reciclables y en la mayoría de los casos correrán la misma suerte que los envases de plástico tradicionales.
Pide a tu barista que te sirva el café en una buena taza de porcelana o cristal reutilizable. A veces, volver a lo tradicional puede ser el acto más moderno y avanzado que podemos ejercer.
CÁPSULAS
Es ampliamente conocido el impacto que tiene el consumo de cápsulas para el medio ambiente. La comodidad de apretar un botón y obtener de forma inmediata un expreso, tiene un precio muy alto en todos los sentidos. Y dejar de utilizar este tipo de cafeteras, a favor de sistemas más sostenibles y que obtienen un mejor sabor, tiene efectos positivos fuera de toda duda.
Afortunadamente, últimamente percibimos un gran descenso en el consumo de cápsulas. Parece que fue una moda que tuvo su momento y que está en retroceso, debido a que los consumidores nos hemos hecho conscientes de sus inconvenientes.
CAFETERAS SUPERAUTOMÁTICAS
Como alternativa a las cápsulas, está habiendo un gran desarrollo del mercado de cafeteras expreso superautomáticas. Son esas en las que pones el grano sin moler, pulsas un botón y en unos segundos tienes tu expreso listo. Aunque son un paso importante en la reducción de desechos, siguen siendo máquinas complejas que tienen un gran impacto durante su fabricación. Si eliges esta opción, asegúrate de que son de buena calidad y que van a ser lo suficientemente duraderas para que merezcan la pena tanto económica como ambientalmente.
REUTILIZAR
UTILIZAR MÉTODOS DE PREPARACIÓN TRADICIONALES Y PERMANENTES
De nuevo insistimos en que el tipo de extracción que utilicemos es decisivo en el impacto que nuestro hábito cafetero tiene en el medio ambiente: no es lo mismo el uso de cápsulas de aluminio, con la ingente cantidad de desperdicios que produce, que nuestra cafetera italiana, que si la cuidas te durará toda la vida. Además, en este post te enseñamos cómo obtener infinitos cafés deliciosos con ella. Y si eres de los que suele pedir el café para llevar en tu cafetería, quizás puedes considerar la posibilidad de hacerte con un buen termo permanente.
Pero el método para tomar tu café caliente más respetuoso es cualquiera de los sistemas de vertido o filtro, sobre todo si utilizas algún tipo de filtro permanente, normalmente de acero, algodón o porcelana, que evitará que tengas que usar filtros de papel cada vez. Incluso, si decides utilizar filtros de papel, puedes reutilizarlos más de una vez, lavándolos después de su uso. ¿Te parece una idea excéntrica? Pues el propio fabricante de la Aeropress lo aconseja en las instrucciones de uso que vienen en la caja original. Es algo que vengo practicando con mi cafetera desde hace años y que si se hace correctamente, no afecta a la calidad final de la taza en absoluto.
REUTILIZAR LOS POSOS DEL CAFÉ
Alguien ha llamado a los posos del café el “oro marrón”. Y no le falta razón puesto que es un elemento con unas excelentes posibilidades y multitud de usos posibles.
Una búsqueda en Internet te mostrará en cuestión de segundos docenas de formas diferentes de reutilizar en casa los posos de café usado, como exfoliante natural, neutralizador de olores en el frigorífico, etc. Pero sin duda el más conocido es como abono para nuestras plantas, siendo un magnífico ingrediente para nuestro compost. hasta el punto de que se están haciendo ambiciosos experimentos para regenerar bosques tropicales, como este.
RECICLAR
Es obvio que reciclar reduce significativamente nuestra huella ecológica. Para ello, es necesario antes de todo, informarnos de qué materiales son susceptibles de ser reciclados y hacerlo adecuadamente, depositando éstos de forma separada en los contenedores adecuados.
Así, los filtros de papel, si están limpios y secos, podemos depositarlos en el contenedor azul. Los envases plásticos y vasos con recubrimiento de plástico interior en el contenedor amarillo (son muy parecidos a un tetra brik).
RESTOS ORGÁNICOS AL COMPOST
Si no tenemos la posibilidad de reutilizar los posos del café, hay que depositarlos en el contenedor de orgánicos si estuviera disponible en nuestra localidad y si no fuera así, en el contenedor verde genérico.
CAFÉ ARÁBICA EN VEZ DE ROBUSTA
El tipo de café que tomamos importa, y mucho. Por lo general, el cultivo de los cafés robusta es más intensivo y por lo tanto, más impactante. Se cultiva en grandes extensiones de tierra, que necesitan de maquinaria pesada para su recolección y procesamiento, así como la aplicación de abonos químicos de síntesis y gran cantidad de productos fitosanitarios. No es así en todos los casos pero esto es bastante cierto para la gran mayoría del café comercial, que es el que encontramos en las estanterías de los supermercados y en muchas de las cafeterías.
Por contra, los buenos cafés arábica de especialidad se producen de otra forma. Al elaborarse con cerezas que maduran en su justo punto, han de recogerse de forma selectiva. Por otro lado, suenen ser cultivos bajo sombra en interior de bosques en laderas de montañas donde la maquinaria lo tiene más difícil. Por ello, la recolección suele hacerse a mano, por lo que es necesaria la contratación de personal local, generando así puestos de trabajo y contribuyendo a la economía circular.
Los buenos arábicas son menos amargos y más dulces, por lo que son más agradables y ricos en sabor y es posible que puedas reducir la adición de azúcar y/o leche para disfrutarlos, lo que también contribuye a reducir consecuentemente el impacto que producen en el medio ambiente.
CAFÉS DE ORIGEN
Hay determinados países que en gran medida siguen produciendo sus cafés de forma tradicional. Es el caso, por ejemplo, de Etiopía, donde la mayoría de la producción proviene de pequeñas parcelas, propiedad de los propios agricultores, donde se cultivan variedades locales, muchas de las ancestrales, y algunas de ellas incluso silvestres, con laboreos totalmente manuales y con el exclusivo aporte de abonos naturales, el mas extendido, el estiércol de cabra. Posteriormente, los granos recogidos a mano son transportados a cooperativas de procesamiento manual. Todo ello forma parte de un sólido sistema de comercio justo decididamente apoyado por las autoridades gubernamentales del país.
Otros países, como por ejemplo Colombia, han hecho de la sostenibilidad de la producción de su café una cuestión de estado. En este país sudamericano, las asociaciones comercializadoras de café, junto con el gobierno, se han propuesto el ambicioso objetivo de que todo el café que se produzca dentro de sus fronteras sea sostenible en 2027. Ya de hecho, todo el café que se produce dentro de sus fronteras es arábica, proceso en el que hay implicados más de 4 millones de colombianos.
COMPRAS Y CONSERVACIÓN DEL CAFÉ
Este es un aspecto en el que de nuevo el consumidor tiene mucho poder: elegir cómo, qué y dónde comprar.
Si puedes hacer compras de cercanía en comercios especializados mejor que mejor. En cada vez más casos, podrás comprar a granel, lo que te permitirá poder rellenar tus propios envases, evitando de esta forma, una muy importante fuente de desechos plásticos.
La compra por internet puede ser una buena opción, ya que te permite planificar adecuadamente tus compras, evita desplazamientos, ahorra tiempo y por tanto puede ser una forma muy eficiente de compra, según algunos estudios.
Compra solo lo que necesites. De esta forma el café estará más fresco y no tendrás que destinar espacio para almacenar lo que no hayas consumido todavía y, eventualmente, tener que tirar el que se haya puesto rancio.
Si prefieres comprar más cantidad, almacénalo de forma adecuada, a ser posible en grano y en un sitio oscuro, frío y alejado de olores extraños (la nevera puede ser un lugar perfecto, siempre y cuando el envase sea de buena calidad y esté bien cerrado).
Adquirir el hábito de medir las cantidades puede evitar la generación de gran cantidad de desperdicios a largo plazo, tenlo también en cuenta.