EL DULCE E INTENSO CAFÉ BRASILEÑO
abril 18, 2018
Foto por Jennifer Poole. PxHere

Foto por Jennifer Poole. PxHere

En Brasil el café es mucho más que una bebida, es una cultura, desde su cultivo hasta su disfrute. Y cada vez más, en un momento en el que aumenta el interés por él dentro de sus fronteras y su consumo se ha aupado al primer puesto de entre los países productores. Si bien las mejores calidades se siguen exportando, se está incrementando la demanda interna de cafés especiales. A la par de esto, hay un auge en la investigación de los métodos de cultivo y beneficio que está dando productivos resultados que puedes apreciar ya en tu taza. En este artículo pretendemos desgranar todos estos aspectos.

Un poco de historia del café de Brasil

Te sorprenderá saber que el café llegó a Brasil de forma clandestina. Si bien los países de alrededor ya disponían de incipientes plantaciones, Brasil tuvo que esperar a que un sargento del ejercito, don Francisco de Melo Reed, aprovechando un viaje diplomático a la Guayana Francesa, se hiciera de forma un tanto irregular con unas cerezas de café Arábica que luego llevaría a su país para plantarlas en las regiones del norte.

Como esta zona no era muy apta para la producción a gran escala, se enviaron varios cientos de plantones a Rio de Janeiro, donde su cultivo fue un éxito. Durante los años siguientes a 1860 Brasil ya se convirtió en el primer productor mundial. Era tal el incremento de la producción que bajó el precio del café, lo que tuvo como consecuencia una ‘democratización’ de su consumo: una exótica y lujosa bebida, pasó a ser barata y muy popular.

A principios del siglo XX la producción se trasladó a las zonas donde hoy ya son un cultivo habitual, Sao Paulo y Mata Mineira. De ello se benefició principalmente Sao paulo, convirtiéndose en la zona más rica del país, aspecto que tuvo sus consecuencias políticas, ya que de allí salieron varios presidentes del país en aquellos años. Dicho incremento de la riqueza también influyó decisivamente en la industrialización de la zona.

Pero no todo eran bendiciones para el llamado ‘oro verde’. El crack de la Bolsa de Nueva York del año 1929 provocó el desplome de los precios del café, por lo que el gobierno brasileño decidió quemar millones de sacos, en un intento de recuperar el valor de su café.

En la actualidad, el sector del café cuenta con unos 8,5 millones de empleos directos e indirectos en el país. Están implicadas en su cultivo unas 300.000 fincas, la mayoría de ellas en manos de pequeños y medianos productores. La superficie total de cultivo asciende a unos 2,2 millones de hectáreas. Es el sudoeste donde se produce la mayor parte del café brasileño, sobre todo Arábica, y Minas Gerais la región que aporta un 50% de la producción (30 millones de sacos). Dentro de ésta, destacan Mata Sul de Minas y Cerrado por su calidad.

La singular taza del café brasileño

Los cafés de Brasil merecen una atención especial, debido a la singularidad que presentan en la taza. Esto es debido en primer lugar al uso de variedades de plantas desarrolladas en el país muy bien adaptadas, como Catuai o Mundo Novo, que aportan su propio carácter a la degustación. Seguidamente porque Brasil es un país de tal extensión que goza de un gran número de microclimas, y por tanto, el café que se produce en cada región es muy diferente. Y como último aspecto distintivo, el 80% del café cultivado en el país es de la variedad Arábica, el que mejor perfil de sabor y aroma ofrece.

Aún insistiendo en esa diversidad, los cafés brasileños son conocidos por su fuerza en la taza, ofreciendo una bebida de sabor intenso, con un dulzor muy acentuado, una acidez generalmente baja, un cuerpo bastante alto y un largo e intenso posgusto, atributos que lo convierten en un café muy demandado, ya que es del gusto de un gran número de consumidores. Tradicionalmente en las buenas mezclas para expreso casi siempre suele estar presente, porque aporta cuerpo y complejidad a la bebida.

En nuestra tienda disponemos de dos cafés de Brasil muy buenos, uno originario de la región de Cerrado, y otro Brasil descafeinado Swiss Water. Estos dos representan perfectamente a los cafés brasileños, en cuanto a su típico perfil se refiere.

Cómo se pide un café en Brasil

Si vas a viajar a Brasil, has de saber que allí ‘un Cafezinho’, es el vocablo genérico utilizado para pedir un café. Si queremos un café solo pediremos un ‘café puro’; un “café curto” es un corto, al estilo de un ristretto italiano; un ‘carioca’ es un largo; si queremos un café con leche pediremos un ‘leite’ o ‘media’ y un ‘pingao’ si lo que nos apetece es un cortado.

Revolución del café brasileño

Al igual que ocurre en la viticultura, desde hace unos años está teniendo lugar una revolución en los métodos de cultivo y beneficio del café en todos los países productores y muy especialmente en Brasil, por lo que cada vez es más posible encontrar pequeñas producciones, denominadas microlotes, con características gustativas muy específicas y exclusivas.

La demanda de café de especialidad y las cafeterías de tercera generación en Brasil se han doblado en tres años, lo que se nota especialmente en ciudades como São Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte. Son también cada vez más los pequeños tostadores de cafés especiales, muchos de ellos dedicados casi exclusivamente a cafés del país. Explorar esta diversidad es una de las principales motivaciones del emergente movimiento barista, y un muy buen estímulo para los viajeros amantes de tan popular bebida.